El yoga en la naturaleza brinda al practicante con estímulos sensoriales muy beneficiosos. La energía vital presente en el aire puro y fresco es un combustible perfecto una práctica completa, aportando mucho más oxígeno que cuando lo hacemos en ambiente cerrado. La apreciación del paisaje, el canto de los pájaros o el sonido de un riachuelo cercano purifican la mente, relajan y contribuyen para que la sesión sea una experiencia única y muy placentera.
¿Cómo podemos integrar esta actividad deportiva con lo que nos rodea?
El yoga es mucho más que mera actividad física. Es una ciencia completa que trabaja el físico para que este no sea un impedimento a la iluminación – su gran objetivo. Pero creo (creo, no estoy segura…) que entiendo su pregunta: las posturas (o ásanas), casi todas llevan nombres de animales o elementos naturales, como la Montaña, el Árbol, el Perro, el Gato, la Vaca, el Pez, etc… y todos estos elementos están justo allí, muy cerca de nosotros durante una práctica al aire libre. La integración es muy natural dado a la inspiración real que tenemos, sobre todo para los más pequeños.
¿Debemos ser capaces de escuchar más lo que nos rodea?
Sí, en el caso del yoga junto a la naturaleza, escuchar aquello que nos rodea seguramente será mejor que escuchar nuestra mente agitada. Cuando nos concentramos en los sonidos de un entorno natural, estando de ojos cerrados, nuestra mente se expande y luego hay menos tensión, menos ansiedad y menos estrés.
¿Está más de moda el turismo de salud, turismo saludable, un turismo donde descansar, recuperarse, y escuchar al cuerpo?
El ritmo de vida de la mayoría de las personas es demasiado estresante, hay muchas demandas y poco tiempo para todo, incluso poco tiempo para cuidar de uno mismo y con el paso del tiempo la salud lo nota. Creo que al escaparse de la vida cotidiana, las personas sienten necesidad de entrar en contacto con algo que les aporte equilibrio, sea a través de un masaje, de una sesión de yoga o simplemente de una caminata consciente por el bosque.